Tomada de Noroeste.com.mx donde sale todos los viernes.
————————–
Dueñez*empresaria
Carlos A. Dumois.
26-06-2009
El sucesor tiene que aprender a trabajar, a decidir y a mandar. Le dará continuidad a la empresa si aprende también a gobernar.
Me encuentro ahora en una ciudad del norte de México. La reunión es fácil, cómoda, sin tensión, sin apuro. Los miembros de la familia han dado sus primeros pasos en la sucesión y en la conformación de un Consejo de Administración. Además de algunos familiares, ya han invitado a participar a dos consejeros de la Ciudad de México.
Les expusimos los retos más comunes que enfrentan las familias empresarias una vez que los hijos se encuentran solos compartiendo la Dueñez. Les hablamos de las transiciones generacionales, de los posibles conflictos, de la importancia de seguir creando riqueza, de aprender a compartir el rol de dueño.
La respuesta fue una sola. Un gran interés por seguir aprendiendo, por seguir avanzando, por madurar como familia empresaria. La conversación bordó alrededor del arte de gobernar una empresa familiar. Anoto mis conclusiones.
1.Prioridad a la generación de valor. El asunto no es cómo repartir entre los hijos lo que se ha creado. El propósito es transmitirles la capacidad de multiplicar la riqueza. Los familiares encontrarán cómo resolver sus diferencias si ponen por delante el compromiso común de generar valor.
Los convenios entre socios, las instancias de gobierno, las fórmulas de transmisión de la propiedad, los planes de sucesión, la formación de los hijos… todo debe enfocarse a la creación de riqueza. Cualquier descuido en esa tarea máxima dispersará la atención de la familia y distorsionará su cometido.
2. Dar importancia a la agenda familiar. Es cierto que la creación de valor es la máxima prioridad, pero la atención a la familia es también fundamental: su necesidad de identificarse, de estar informados y de participar; sus requerimientos, sus dudas, sus opiniones.
Paralela a la agenda de negocio, tenemos que darle cabida a la agenda de la familia. No podemos atender esta agenda sin dedicarle tiempo. Tenemos que programar y respetar el tiempo que necesitamos dedicarle a las actividades y relaciones familiares.
3. Comunicación con socios y familiares. No será tiempo perdido el que dediquemos a acercarnos a ellos, mantenernos en contacto, no perder la sensibilidad de cómo se sienten, escucharlos, abrirles un espacio.
Podemos incluso pensar en crear mecanismos especiales de comunicación con la familia: portales de internet, llamadas y entrevistas periódicas, reuniones. Todos los medios pueden servir para establecer la comunicación.
4. Credibilidad sustentada en honestidad y justicia. Nadie podrá gobernar a un grupo de accionistas tratándolos sin integridad y atropellando sus derechos. El respeto al líder se basa en el respeto del líder.
A la hora de solicitar su apoyo en la toma de decisiones difíciles es cuando se demuestra si contamos con credibilidad o no. Podemos equivocarnos, podemos perder dinero de los accionistas, pero no podemos engañarlos ni hablarles con mentira.
5. Administrar la dinámica del poder. Conciliar querencias deferentes no es sencillo. Hace falta saber negociar y conciliar, a veces cediendo, a veces ofreciendo algo a cambio, a veces convenciendo.
La sinergia entre socios es fruto de la buena voluntad, de la complementariedad de talentos, y del liderazgo que sabe integrar las diferencias y conjuntarlas hacia metas comunes.
No cabe duda de que gobernar a la familia empresaria es un arte. No son técnicas ni recetas lo que necesitamos. Cada familia es única y tiene sus propias peculiaridades. Es el líder de la Dueñez quien debe saber aglutinar, conciliar, integrar a los miembros de la familia para seguir creando valor juntos.
Nuestros amigos de la familia empresaria que visitamos se sienten cómodos. La ven fácil. Hasta ahora ha habido armonía y prosperidad. El nuevo líder tendrá que suplir a su padre con nuevos talentos.
Él ha aprendido a operar los negocios. Ha aprendido a dirigir el grupo. Ahora le toca aprender a gobernar. Tendrá que conformar un Consejo de Familia que integre y armonice a todos los jugadores, y tendrá que lograr que su Consejo de Administración, recién formado, de verdad le ayude a crear valor eficientemente.
c_dumois@cedem.com.mx
http://www.cedem.com.mx
Carlos A. Dumois es Presidente y Socio Fundador de CEDEM.
* “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.