Me he propuesto ayudarnos a posicionar nuestros negocios como mejores prestadores de valores en la mente de los clientes, no suena fácil, manos a la obra: La utilidad en la empresa es necesaria para existir como tal, salvo que seas una institución sin fines de lucro, lo que al menos requieres es cubrir todos los gastos ya que el negocio no sobrevivirá a menos que los clientes sientan que están recibiendo un valor a cambio.
Los consumidores definen el valor con criterios muy personales, valoran la cantidad o la calidad que se les ofrece a cambio de su dinero. Al proporcionarles un producto de calidad o en grandes volúmenes, percibirán un mayor valor. También nosotros como clientes emitimos ese mismo juicio siempre que compramos algo, pero ojo algunas veces confundimos ese valor con algo extra que nos dan por nuestra compra, para muestra tenemos casos como la cebada de “el pilón del profe”, en teoría nos están dando un vaso de cebada con un extra sin cobrárnoslo, pero en dicho caso como siempre dan el mismo “pilón” pues este ya se convierte en parte del producto al precio pactado. Inicialmente lo que las personas piensa sobre el valor o sea su percepción se funda en un equilibrio precario entre calidad y cantidad y esto es para cualquier producto, servicio e incluso campaña política o candidato, por lo que no debemos olvidar esto: lo que las personas piensan de nuestro negocio y/o persona es más importante de lo que nosotros opinamos, si los clientes creen que los precios están demasiado altos o la persona no tiene credibilidad, no importa que no lo sean; ellos están convencidos de que harán un trato mejor en otro lugar o con otro candidato.
No me cansaré de decir que nosotros y nuestros empleados formamos parte de la percepción de valor por parte del consumidor, aquí es donde podemos conjuntar los conocimientos, experiencia y el toque personal para incrementar el valor de los productos o servicios que ofrecemos. A todos nos gusta hacer negocio con personas a quienes conocemos y que nos inspiran confianza.
El “valor” de nosotros o de tu persona forma parte de la percepción relativa a nuestro negocio, pero, si nunca estamos en el o ya no estamos en contacto personal con el público como lo hacíamos antes, no nos sorprendamos si los clientes tampoco acuden al negocio. En un principio generalmente para posicionar a un negocio nos centramos en el aspecto del precio como la percepción de valor, pero el precio no es roca firme sobre la que debes cimentar tu negocio. Ya nunca volverán aquellos días en que el ritmo de la vida era lento, las tiendas florecían a lo largo de la calle principal, la afluencia de clientes era impresionante y las supertiendas aun no emprendían la invasión del país; Esa época ya pasó y todavía nos encontramos en el negocio, lo que debe demostrar a todas luces que al menos no debemos perder uno de los elementos fundamentales del éxito: la perseverancia. Esto nos lleva a dividir a las personas en tres grupos: el de los que hacen que sucedan las cosas, el de los que las ven suceder y el de los que se preguntan qué ha sucedido. Si todavía no perteneces al grupo que hace que sucedan las cosas, decide ahora mismo entrar en el, es de actitud, de cómo enfrentas el día a día y los paradigmas que la vida te presenta.
A pesar de la enorme competencia y del cambio en el mundo, hay oportunidades de éxito y de generar dinero, a lo largo y ancho de todo el estado y el país incluso enfrente de tus narices, están prosperando comercios y negocios de servicios, ¿Por qué no puedo ser yo?
Los invito a cambiar la percepción de valor que tienen los mexicanos del sinaloense y de nuestro estado, aprovechemos esta época donde la influenza H1N1 ha cambiado la percepción de valor de México y los mexicanos, hasta el momento además de leer en las noticias como estamos siendo discriminados, me ha dejado un tiempo valioso para pensar, reordenarlas ideas y arrancar de nuevo el año, al menos todavía somos de los 5 estados que no tenemos un caso clínico comprobado, no se a donde se han ido las noticias o eventos de narcotráfico, violencia y crisis, espero que desaparezcan por buen rato; ahora todo lo que sale, escucho, leo o veo es sobre la influenza humana y los riesgos de la misma, hasta se envió un avión por mexicanos que estaban arraigados en china, eso si Aeroméxico. Muchos te desean suerte, pero pocos te desean éxito, ya que este depende de ti y la suerte… ¡ve tú a saber de quién!
Comenzar es de todos; perseverar, de gente triunfante. Que tu perseverancia no sea consecuencia ciega del primer impulso, obra de la inercia: que sea una perseverancia reflexiva… ÉXITO.
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Fortunato nos comparte su columna que aparece todos los miércoles y que yo (no siendo tan puntual) la reproduzco.
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