Escuela de Negocios
IE Business School
2010-06-21
Periódico Milenio
Un reciente estudio sobre los hábitos entre los adolescentes, llevado a cabo en Estados Unidos, deja las cosas claras respecto a la evolución del consumo de información en nuestra sociedad: los medios clásicos unidireccionales, tales como la televisión, han muerto. El medio que durante muchos años se consideró un bastión de la cultura norteamericana, el que todavía congrega audiencias multimillonarias en torno a eventos como el Superbowl, está completamente abandonado por los jóvenes. El tiempo invertido delante de la televisión se ha acortado drásticamente, y aquellos que todavía ven contenidos televisivos, lo hacen en una pantalla diferente: la de la PC.
El auténtico asesino de la televisión ha sido, como estaba previsto, la red social. Un uso de red social que confirma que los temores absurdos de algunos adultos acerca del supuesto “aislamiento” de los jóvenes delante de la pantalla (“ya no bajan a la calle”, “están pálidos porque ya no les da el sol y sólo reciben la radiación de la pantalla”) no eran más que cuentos: los jóvenes que son más activos en la red, son también más activos fuera de ella… tienen más amigos, salen más y van a más fiestas.
La práctica total de los adolescentes (97 por ciento) pasa más de dos horas al día en su red social, actualiza su estado en la misma al menos una vez al día, y envía más de 3 mil mensajes de texto cada mes (en Estados Unidos, la mayoría de los contratos de telefonía incluyen automáticamente un número muy elevado de mensajes de texto). Y son rabiosamente multitarea: si se ponen delante de la televisión, lo hacen con el portátil en las rodillas o con el móvil en la mano.
Durante la última gran parte de la historia de la humanidad, los seres humanos han recibido información a través de medios unidireccionales que no admitían técnicamente un canal de retorno. Esta limitación condicionó muchísimas de las cosas que conocemos: las empresas nos bombardeaban con anuncios que no esperaban más respuesta que una variable binaria: uno o cero, compran mi producto o no lo hacen. Vivimos la época del cambio de pantalla. De la televisión, a la PC, a la laptop, a la tableta, al móvil… muchas, muy variadas, e interactivas. Empeñarnos en “estar en ellas por estar” no va a llevarnos a ningún sitio. La reflexión no es dónde sino cómo estamos, qué proponemos, cómo entramos en esa multiconversación enloquecida que supone la total bidireccionalidad. Resígnese: la pantalla limitada tecnológicamente, con mensajes controlados, interrupciones y sin canal de retorno ya no volverá nunca más.
Enrique Dans.
Profesor de IE Business School
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enrique.dans@ie.edu