Al final de un largo día de trabajo en las oficinas de la liga de béisbol profesional de Japón, Asumi Fujiwara regresó a su apartamento y se puso un pijama. Quería hacer un poco de ejercicio antes de acostarse, así que colocó su tapete de yoga de vinilo en el piso frente al inodoro, lo hizo rodar más allá del quemador único de la cocina y la tostadora de una sola ranura y hacia el pie de su escritorio.
Después de estirarse un poco, se puso de pie para adoptar la posición de guerrera. Sin embargo, en lugar de extender los brazos por completo, metió los codos en los costados. “Necesito modificar mis poses o golpearé algo”, dijo la Sra. Fujiwara, de 29 años.
Así es la vida en un apartamento de Tokio de 95 pies cuadrados.
Spilytus, un desarrollador inmobiliario en Japón, tiene ya cerca de 100 edificios en donde viven unas 1,500 personas — en apartamentos de menos de 9 metros cuadrados. Con una renta mensual que oscila desde los $350 hasta más de $600 dólares, no se trata propiamente de vivienda económica: son una alternativa para jóvenes que trabajan todo el día, que quieren vivir en una buena ubicación, y a la vez buscan un espacio moderno y nuevo.